marzo 14, 2012

Todas las cosas se parecen a su sueño

Aporía eleática, bifurcación concomitante, arborescencia absoluta, callejón sin salida; la pintura de Alberto Pazzi es antes sueño que documento, es árbol de colores, formas y líneas improbables que llevan, ante todo, la impronta de nuestro autor: todo es signo de cierto mundo interno, mundo necesariamente caótico y cinematográfico, mundo necesariamente suyo, hecho de periódico y pedazos de personas extraviadas en revistas y postales antiguas, mundo solitario, amargo y humorístico.  No hay en estas obras un solo titubeo, un solo rasgo de imitación o falaz reinserción en ciclos hace mucho terminados.  No hay homenaje ni conciencia histórica, no hay categorías deliberadamente trazadas… hay únicamente atemporalidad, carencia de metodismo, libertad absoluta en la técnica, reincorporación de la vida, del valor del hallazgo personal, integración heurística del raya-quesos, redescubrimiento latente de cierta frescura surrealista hace mucho empolvada y casi olvidada.

Ni que yo tuviera poder de convocatoria o así, pero valga decir que me enorgullece desmesuradamente poder utilizar este medio para invitarlos a la exposición de mi amigo y hermano Pazzi, inicia este viernes 16 de marzo a las 8pm, en el bar/galería/terraza/etc/etc 1910 en la dirección que abajo se muestra.  Y pues qué más, tienen que ir.


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