—Ha dicho tu maestra
que te observa disperso, distraído. ¿A qué crees que se deba?
—No sé. ¿A la calidad
de las clases?
—Te voy a pedir que
dibujes a tu familia en esta hoja.
—Listo.
—Veo que dibujaste un
poco chueco a tu papá. ¿A qué crees que se deba?
—No sé. ¿A que no sé
dibujar?
—Verás, no. No se
debe a eso.
Y así sucesivamente.
La disección del sentimiento y su reverso, la voluntad, tienen en la terapia de la gestalt al verdugo número uno. Freud es menos invasivo. Delicada evocación con la chiquilla persignándose. Me cautivó.
ResponderBorrarSalud, Don Belianís