diciembre 13, 2013

Incongruencia ineludible, permanente

¿Cómo puedo saber si en verdad no quiero lo que quiero? O si realmente no quiero lo que no quiero. Son cosas imperceptibles: basta nombrarlas y su sentido desaparece, se disuelve como una medusa al sol.
Escritor (Stalker)

Advierto que los temas de este blog siempre han sido raros. Cuándo los veo en conjunto tengo la impresión de estar viendo un enjambre ilógico y extraviado. Todo es un clamor destemplado. Hay contradicciones notables en todo lo que ha quedado aquí: entre los ritmos y las intenciones, en la consistencia. No sé si alguien que no sepa nada de mí encontrará algo de interés. ¿Es verosímil mostrar tantos fragmentos de ideas opuestas? ¿Qué dirá quien pase de un texto medianamente interesante al siguiente (que no tendrá por cierto nada de lo que prometía el primero)? ¿Y qué pensará cuando llegue al tercero y no atisbe ni una letra del autor de los otros dos?
Cuando estoy en blogs de poesía, en blogs literarios, me lleno la cabeza de ideas en un nivel que se percibe —lo pondré así por ahora— más puro. Admiro la sensación que da leer realmente a sus autores sin que tengan que contarme sus vidas. Hay como una distancia que, dentro de todo, parece preferible por su lucidez.
Cuando leo blogs de tinte anecdótico, admiro la naturalidad de sus locutores, lo entrañable de estas vidas a las que me asomo y donde me encuentro por momentos con reflejos amables —o crueles también, pero siempre una compañía clara— de mi propia vida.
Pero no sabría qué decir de todo esto de aquí. No estoy seguro si lo detesto resueltamente o sólo me avergüenza. Esta escritura tan aburrida es mi violencia, este querer borrarlo todo ahora mismo está de un lado. La aceptación de que no queda sino hablarme por morusas del otro.
Me consuela, aunque quisiera lo contrario, aquello de que un hombre debe contradecirse varias veces al día. ¿Supongo que así es la especie…? Estamos partidos por dentro. Mi razón quiere una cosa, mis sentimientos otra. Como decía el escritor en Stalker: mi conciencia anhela el triunfo del vegetarianismo. Mi inconsciente pide un filete.

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